Fanfarria → Conjunto musical ruidoso, principalmente a base de instrumentos de metal. Así, relacionado con la música, se refiere a una banda o conjunto musical de viento-metal y percusión, encargado de tocar temas festivos o ceremoniales, a menudo para desfiles, fiestas o actos de amplísima pompa. En sentido figurado, describe una actitud de ostentación o fanfarronería, es decir, presumir de manera vistosa y a veces poco justificada.
Etimología de fanfarria: La palabra proviene del árabe hispánico farfál o farfár, que a su vez deriva del árabe clásico fárfara, que significa «agitar», «romper» o «desgarrar». El término llegó al francés como fanfare (atestiguado desde el siglo XVI, notablemente en textos de Rabelais), donde la palabra empezó a usarse específicamente para describir un fragmento musical breve y ruidoso ejecutado por instrumentos de metal (trompetas, cornetas). Se asoció rápidamente con la caza y con actos militares o ceremoniales, donde el sonido debía ser potente para llamar la atención.
Ejemplo de frase con fanfarria: La orquesta municipal abrió el desfile con una fanfarria tan estruendosa que hizo vibrar los balcones del edificio.
Zascandil → Persona de poca formalidad, inquieta y enredadora, alguien que se mete en líos o que hace cosas sin ser muy seria o responsable. También, hombre astuto, engañador, por lo común estafador.
Etimología de zascandil: De zas y candil, por designar originalmente un golpe repentino en alususión a la acción de apagar el candil echándolo a tierra cuando había bronca. El origen suele relacionarse con una onomatopeya de “zas” combinada con “candil”, evocando golpes o acciones rápidas que apagan la luz cuando entran o salen truhanes.
Ejemplo de frase con zascandil: Deja de hacer el zascandil y ponte de una vez a estudiar, que mañana tienes examen.
Sci-FdI es una revista de publicación semestral que nace en diciembre de 2009 como iniciativa de la Facultad de Informática de la Universidad Complutense de Madrid.
Este nuevo número contiene relatos y artículos a cargo de Alejandro Moreno Ceacero, Ismael Rodríguez Laguna, Mario Daniel Martín, Daniel Antonio Arella, Coema Muñoz Rodríguez, Alexandra Lenta, Lope Calleja Escudero, Víctor Muñoz Rodríguez, Samuel Restrepo Agudelo y Rutwig Campoamor Stursberg.
La portada de este número es obra es Javier Muñoz Pérez.
En este post podéis consultar una selección de las espadas más famosas de la historia, junto a sus propietarios, donde fueron blandidas y el lugar en el que se encuentran actualmente.
La importancia de las espadas en la historia
Durante siglos la espada fue un arma clave en el combate cuerpo a cuerpo, desde el bronce antiguo hasta la Edad Moderna, antes de la generalización de las armas de fuego.
A diferencia de lanzas o arcos, la espada se usaba cara a cara, lo que la vinculó al valor, la destreza y el honor personal.
En muchas sociedades solo nobles, caballeros o castas guerreras tenían derecho a portar espada, lo que la convertía en signo de autoridad. A menudo, las espadas se fabricaba para una persona concreta y tenían nombre propio. Y eran auténticas obras maestras de artesanía.
La espada formaba parte de ceremonias de coronación, investiduras de caballeros y juramentos solemnes, reforzando su papel como emblema de poder político y social.
La fama de las espadas
Las espadas son famosas porque han sido mucho más que simples armas: durante milenios han simbolizado poder, honor, justicia e identidad en muchas culturas. Su presencia constante en guerras, rituales y mitos las ha convertido en objetos cargados de significado que siguen fascinando incluso en la actualidad.
A algunas espadas se les pone nombre porque dejan de ser «un objeto» y pasan a verse como algo casi vivo: un símbolo personal, religioso o mítico ligado a su dueño y a sus hazañas. Poner nombre ayuda a recordar esa historia y a convertirla en leyenda.
Dar nombre a la espada refuerza la idea de que es única, distinta de cualquier otra arma, casi como un compañero del guerrero. El nombre podía aludir a virtudes (alegría, valor, justicia) o a elementos sagrados, reforzando la idea de que el arma estaba bendecida o predestinada. En cantos épicos, mitos y novelas, nombrar la espada la convierte en protagonista junto al héroe, facilitando que el público la recuerde como un personaje más.
Excálibur es la espada mágica asociada al legendario rey Arturo, símbolo de soberanía legítima, poder y destino en las leyendas artúricas. No se considera un objeto histórico real, sino un elemento mítico dentro de un ciclo literario medieval.
En algunas versiones, Arturo demuestra su derecho al trono al extraer la espada de una roca donde solo el verdadero rey podía desenvainarla. En otras, recibe Excálibur de la Dama del Lago, una figura sobrenatural que le entrega un arma irrompible y una vaina capaz de evitar que su portador sangre. Esa vaina protectora es casi tan importante como la hoja, porque marca la invulnerabilidad del rey mientras la conserva.
Excálibur representa la unión entre poder militar, legitimidad política y dimensión mágica o sagrada del rey. Al final de la leyenda, moribundo tras la batalla de Camlann, Arturo ordena devolver la espada al lago; una mano surge del agua, la toma y desaparece, simbolizando el fin de su reinado y la idea de que el poder no pertenece a un solo hombre, sino a un orden más alto.
Tizona (Rodrigo Díaz de Vivar «El Cid», usada en la Reconquista en la península ibérica contra los musulmanes; actualmente en el Museo de Burgos, España).
Tizona es la espada más emblemática atribuida a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1043-1099), héroe de la Reconquista española. Según el «Cantar de Mio Cid» (siglo XII), el Cid la obtuvo al derrotar al rey Búcar de Marruecos en Valencia, aunque historiadores debaten su origen exacto, posiblemente islámico por su forja.
Mide unos 103 cm, con hoja de doble filo de 90 cm, recta y triangular, ideal para combate a caballo en el siglo XI. La empuñadura, de hierro con cruces grabadas, es del siglo XV, mientras la hoja muestra inscripción árabe «Yo soy Tizona, hecha en Medina el 25 de febrero del 1003» (análisis modernos cuestionan su autenticidad). Su nombre evoca «tizón», por el brillo ardiente del acero y las heridas cauterizadas que producía.
Colada (Rodrigo Díaz de Vivar «El Cid», también en las campañas de la Reconquista en la península ibérica; la pieza identificada como Colada se conserva en la Real Armería del Palacio Real de Madrid, España).
Colada es la segunda espada legendaria atribuida a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, junto a Tizona, en el «Cantar de Mio Cid» (siglo XII). Ganada como botín al conde de Barcelona (Ramón Berenguer), simboliza honor y poder, atemorizando a oponentes indignos cuando la blande un guerrero valiente.
Durandarte (Roland – Batalla de Roncesvalles, Pirineos; empotrada en Rocamadour, Francia, según tradición).
Gladius Hispaniensis (legionarios romanos, usada en las conquistas de la República y el Imperio romano por Europa y el Mediterráneo).
Honjo Masamune (Tokugawa Iemasa y el shogunato Tokugawa, Japón período Edo; desaparecida tras la Segunda Guerra Mundial).
Joyeuse(Carlomagno, empleada en sus campañas por Europa occidental y luego en coronaciones de reyes franceses; actualmente en el Museo del Louvre, París, Francia).
Lobera(Fernando III “el Santo”, rey de Castilla y León; asociada a campañas de la Reconquista en Castilla y Andalucía; se guarda en la Catedral de Sevilla, España).
Zulfiqar(Alí ibn Abi Tálib según la tradición islámica, usada en las primeras guerras del islam como Badr y Uhud según las fuentes tradicionales).
Espada de Alfonso VI (Alfonso VI de León y Castilla; usada en el contexto de la conquista de Toledo y otras campañas de la Reconquista en la península ibérica; se conserva en la Real Armería del Palacio Real de Madrid, España).
Espada de Atila (Atila «el Huno», asociada a sus campañas por Europa central y el Imperio romano).
Espada de Boabdil (Boabdil – Reino nazarí de Granada – Museo del Ejército, Toledo).
Espada de Federico el Grande (Federico II de Prusia – Guerras de Silesia, Europa – Museo de Sanssouci, Potsdam).
Espada de Fernando el Católico (Fernando II – Reconquista y expansión española – Real Armería, Madrid).
Espada de Goujian (Rey Goujian de Yue – China, período de Primaveras y Otoños; Museo Provincial de Hubei, China).
Espada de José de San Martín (San Martín – Independencia de Argentina, Chile y Perú – Museo Histórico Nacional, Buenos Aires).
Espada de Juana de Arco (Juana de Arco, utilizada en la Guerra de los Cien Años en Francia contra Inglaterra).
Espada de la Misericordia / Curtana (reyes ingleses, usada en ceremonias de coronación en el Reino Unido).
Espada de Napoleón (Napoleón Bonaparte; usada en diversas campañas napoleónicas por Europa; considerada tesoro nacional y conservada en Francia dentro de colecciones estatales).
Espada de San Mauricio (Emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico – Europa central).
Espada de Simón Bolívar (Simón Bolívar – Guerras de Independencia, América del Sur – Museo Nacional de Colombia).
Espada Ulfberht (Guerreros vikingos – Europa del Norte – varios museos europeos).
Espada de William Wallace (William Wallace, empleada en las guerras de independencia de Escocia contra Inglaterra).
Espada de Hernán Cortés (Hernán Cortés, usada en la conquista del Imperio mexica en Mesoamérica).
Espada de Simón Bolívar (Simón Bolívar, empuñada simbólicamente en las guerras de independencia de América del Sur).
Sable de José de San Martín (José de San Martín; empleado en las guerras de independencia de América del Sur, especialmente campañas en Argentina, Chile y Perú; actualmente en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, Argentina).